El selectivo alemán, tras varios intentos fallidos, se giró tímidamente a la baja, debilidad que se vio rápidamente acelerada por la aparición de la nueva variante «Ómicron». La drástica corrección iniciada por los principales índices mundiales el pasado viernes arrastró al DAX protagonizar un hueco de ruptura bajista en apertura superior a los 300 puntos de altura, presión vendedora no vista desde marzo de 2020. La parte superior del mismo (15.950) es ahora el nivel a reconquistar. Mientras el índice no sea capaz de recuperar dicha cota, la amenaza correctiva seguirá vigente.
Por abajo, los 15250 y los 14800 puntos son los soportes a vigilar. La perforación del segundo en precios de cierre diario dejaría al DAX en fase de caída libre relativa, escenario proclive para desarrollar un segundo tramo bajista en busca de sus anteriores máximos históricos (ahora convertidos en soporte estructural) situado entorno los 14.150-14.200 puntos. En caso de no encontrar apoyo en dicha cota, el DAX podría generar una primera gran señal de continuidad bajista, acontecimiento que podría introducir grandes dosis de volatilidad en jornadas posteriores.