El selectivo español se enfrenta a un momento técnico clave a corto plazo. El índice intenta perforar al alza el duro rango de resistencia situado entre los 8.970 y los 9.020 puntos, escollo que lleva frenando todos y cada uno de los intentos de ruptura alcista desde mediados de agosto. Su superación en precios de cierre semanal confirmaría una primera señal de ruptura alcista tendencial, catalizador que podría impulsarle rápidamente hacia los máximos registrados a mediados del pasado mes de junio entorno los 9.250-9.270 puntos zonales.
Sin embargo, la ausencia de rupturas alcistas significativas por parte de los principales valores que lo componen aconseja máxima prudencia. A su vez, cabe destacar que los principales selectivos norteamericanos (S&P500, Nasdaq 100, Nasdaq Composite) han entrado en zona de fuerte sobrecompra, hándicap que podría lastrar el comportamiento de los índices europeos durante las próximas jornadas.
Los 8.780 puntos son, por el momento, la referencia de soporte más cercana a vigilar. Su pérdida en cierre semanal anularía la actual estructura lateral-alcista, catalizador negativo que podría inducir el inicio de un nuevo impulso correctivo en busca de los mínimos registrados el pasado mes de julio entorno los 8.250 puntos.